En el número 16 de la calle Marqués de Molins se mantiene en pie una de las pocas obras que perduran del arquitecto albaceteño Ramón Casas Massó: la casa de Luis Espadero.
Datos
Tipología: Casa señorial
Arquitecto: Ramón Casas Massó
Año de construcción: 1903
Descripción
En general, la obra construida del arquitecto Ramón Casas Massó no ha corrido la mejor de las suertes. Arquitecto del antiguo Hospital de San Julián (actualmente derruido, sustituido en 1985 por el Hospital General) y del Casino Primitivo de Albacete (ya desaparecido), solo algunas casas suyas se mantienen en pie hoy en día.
Una de ellas es ésta, en la Calle Ancha, que comparte medianera con el Edificio Legorburo. A primera vista destaca su escasa altura, de tres plantas, en comparación con los edificios colindantes, que desvela su edad: se trata del edificio más antiguo de la calle.

En la Casa de Luis Espadero, Ramón Casa Massó crea una composición bastante sobria para la época. El edificio presenta un cuerpo central y dos laterales, separados por sendas pilastras. El cuerpo central se marca y vertebra mediante tres ejes de vanos, mientras que los laterales solo por uno.
La racionalidad de la composición se extiende también a los planos horizontales, repitiéndose los mismos gestos en cada línea de huecos. Nos encontramos en planta primera con cinco balcones adintelados y en planta segunda con otras cinco ventanas partidas, separada cada una con una sencilla pilastra a modo de parteluz. Lamentablemente, la composición de huecos de la planta baja no ha llegado a nuestros días, al igual que la parte baja de las pilastras, que antes llegaban hasta el zócalo, también desaparecido.

El deterioro y el progresivo abandono hacen difícil ver la genialidad de Casas Massó en la ejecución de muchos de los detalles ornamentales del edificio. Detalles de una sencillez y una elegancia que es difícil encontrar en otros ejemplos de su época. Nos referimos, por ejemplo y entre otros, al hecho de no remarcar los huecos con un cerco moldurado continuo, como sería de esperar, y en cambio limitar dicho cerco únicamente al dintel y a dos pequeñas ménsulas laterales que lo «sostienen». De esta forma, y siguiendo la línea imaginaria que tendría el cerco, Ramón Casas remarca el hueco interrumpiendo el llagueado horizontal de la fachada.
Por otro lado, es importante también mencionar que la mayoría de los detalles ornamentales (pilastras, cornisas, impostas, etc.) se construyeron con chapa metálica, algo totalmente insólito a principios del siglo XX.

En general, y como conclusión, podemos afirmar que la Casa de Luis Espadero es un ejemplo con un encanto extraño. Se trata de un edificio que recoge el estilo bien compuesto, sobrio y elegante de su autor, pero añadiendo detalles de un diálogo «escondido», que hace que merezca la pena pararse a mirarlo y a estudiarlo con atención. Es una auténtica pena que, debido a su estado, cada vez sea más difícil hacerlo.
Localización
La casa se sitúa en la calle Marqués de Molins nº 16 de Albacete.
Más información
Encontrarás más información en las siguientes publicaciones:
- Arquitectura de la provincia de Albacete, de Luis Guillermo García-Saúco Beléndez, José Sánchez Ferrer y Alfonso Santamaría Conde.
- Paseos de Arquitectura por la Ciudad de Albacete. De la Ilustración a la Modernidad, de María-Elia Gutiérrez-Mozo.
- El despertar de una ciudad: Albacete 1898-1936, de María-Elia Gutiérrez-Mozo.
Somos arquitectos en Albacete. Apasionados por el arte y la arquitectura, nos hemos propuesto descubrir y dar a conocer el vasto patrimonio histórico y contemporáneo que Albacete, ciudad y provincia, nos ofrece (a menudo desconocido por su propia población), a lo largo de un viaje didáctico y emocionante.
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Es un edificio de un eclecticismo poco meditado, con muchas carencias compositiva. Lo viejo no es siempre signo de bueno.
Buenas tardes Rubí. Lo primero, muchas gracias por dejarnos tu aportación.
Se conservan en la ciudad, sin duda, ejemplares de principios del siglo XX mucho mejores que este edificio. Sin embargo, no te sabría decir si es por ser de lo poco que queda en pie de Casas Massó, por su falta de conservación actual o por lo peculiar del estilo del arquitecto, que yo, personalmente, encuentro en este edificio ese encanto «extraño» del que hablo en el artículo. Seguramente lo causen esos detalles ornamentales no tan comunes para la época.
De nuevo, muchas gracias por tu comentario.
Un saludo.